A la verónica recibió Bombita al cuarto y último novillo de la tarde - muy bien presentado y ovacionado de salida -, y por el mismo palo hizo Pablo Hernández un quite algo deslucido. Tras un tercio de banderillas bastante flojo, le brindó el sevillano la faena al director de la banda de música municipal.
Largo y tendido hablé de Bombita en la crónica de la Final de las Novilladas de Villacarrillo, una crónica que tuvo más alcance del esperado y en la que no fui excesivamente “favorable” con él, puesto que no me gustó casi nada de lo que le vi. Pues bien, hoy debo igualmente ser objetivo y hablar de lo que he visto, y lo que he visto sella mi “reconciliación” con Javier.
Una faena de mando, de entrega y de un valor absoluto, sin perder en ningún momento el gusto y el concepto tan clásico que lleva por bandera. Un inicio de faena por bajo, una media docena de series de toreo fundamental por ambos pitones, molinetes, remates de un grandísimo gusto, trincheras, un final por ayudados, y una estocada algo tendida pero lo suficientemente efectiva como para cortarle al novillo las orejas y el rabo. Un novillo que, además, fue premiado con la vuelta al ruedo.
Pero es que con el primero de su lote estuvo igual de bien Bombita. Lo recibió a la verónica y quitó Pablo Hernández por chicuelinas, y tras un gran tercio de banderillas ante un novillo que iba a más, brindó la faena al público y la comenzó de rodillas, sacándose el novillo hasta los mismos medios. Ya en pie, dejó Bombita una serie al natural, otras series por el derecho - por donde embestía mejor el animal - y nuevamente adornos, remates y detalles de toreo caro. Un cartucho de pescao para enmarcar y un arrimoncito final sin dejar de lado el concepto que tiene. Le habría cortado las orejas de haberlo matado, pero tras dos pinchazos y una estocada tendida, se le atravesó el descabello, perdiendo toda posibilidad de tocar pelo.
De Pablo Hernández debo decir que ha sido un gratísimo descubrimiento. Ni lo conocía ni había escuchado nada de él hasta el día en el que se presentó el cartel de la novillada pero, tras haberlo visto hoy, es casi obligatorio decir que tiene un estilo y un gusto toreando de lo más interesante.
Al primero de la tarde lo recibió toreando a la verónica muy, pero que muy, bien, y tras ejecutar Bombita su ya tradicional quite por gaoneras con medio capote - “heredado” del maestro Víctor Puerto, presente en la plaza - y brindar al público, comenzó la faena toreando por bajo, dejando un pase de pecho rodilla en tierra que a los que, como yo, somos Orteguistas, nos recordó a un torero sevillano llamado Juan, no sé si les sonará. Toreando en redondo dejó un par de series destacables, y un manojo de adornos con un grandísimo gusto. Tras un final de faena por manoletinas, dejó un pinchazo y una estocada entera y le cortó las orejas al novillo.
El tercer novillo de la tarde fue malo no, malísimo. No permitió el de Castillo de la Reina el lucimiento con el capote, a excepción del quite por delantales que dejó Bombita. Ya con la muleta, lo probó de todas las formas posibles el granadino, pero el novillo no valía absolutamente nada. Perdía las manos, se echaba, volvía a perder las manos… y así sucesivamente. Aún así, dejó el novillero un par de series con algo de interés, aunque la gente estaba más pendiente de continuar la merienda que de la faena. Tras pasar un calvario con la espada, fue pitado el novillo en el arrastre y dio el novillero la vuelta al ruedo.
A modo de anécdota algo más banal, hay que destacar que, una vez acabada la novillada, los encargados de sacar a ambos triunfadores a hombros, al no haber una “puerta grande” en la plaza, se equivocaron de puerta, teniendo los novilleros que volver a atravesar la plaza a pie para abandonar finalmente la misma.
FICHA DEL FESTEJO.
Plaza de Jerez del Marquesado (Granada). Primera de las novilladas de las fiestas en honor a la Virgen de la Purificación, patrona del pueblo. Lleno hasta la bandera.
Cuatro novillos de Castillo de la Reina, de Lanteira (Granada): bien presentados los cuatro, y de buen juego, a excepción del tercero, el peor de la tarde. El cuarto fue premiado con la vuelta al ruedo.
Pablo Hernández, de nazareno y oro: dos orejas y vuelta al ruedo.
Javier Torres Bombita, de coral y oro: ovación y dos orejas y rabo.