¿Cómo es eso? ¿240 kilómetros, con un camino de vuelta de noche y lloviendo sólo por ver una novillada sin picadores? No hombre, claro que no; por una novillada no, por ver a Quintana.
Pues nada, que mi padre no lo entiende, pero qué le vamos a hacer. Ser partidario es esto, supongo, y tampoco se me ocurre otra cosa mejor que hacer un miércoles de agosto que ir a los toros. El verano está para ver toros, que no les engañen.
Pero bueno, fanatismos aparte - aunque me cueste en estos casos - lo mejor de la segunda de las novilladas celebradas en Castellar (Jaén), lo protagonizó - como ya, creo, se han podido imaginar - Manuel Quintana con el quinto de la tarde, uno de los dos remiendos de Martín Carrasco que venían a completar la novillada de La Quinta. Desde que salió el novillo al ruedo, se sabía que era el mejor de los que se habían visto hasta el momento - difícil, lo que se dice difícil, tampoco es que lo fuera -, de mejor presentación, acorde a una novillada sin picadores y metiendo bien la cara, y si a eso le ponemos delante un novillero que sabe torear de capa que da gusto, pues el resultado es el que es. Siete verónicas y una media le cascó Quintana al de la ganadería vecina, y tras un quite por delantales de David Gutiérrez, y un tercio de banderillas aseadito, dejó el de Córdoba un inicio de faena por bajo torerísimo, genuflexo y sacándolo hasta los mismos medios y demostrando, una vez más, que para torear, además de piernas, muñecas, cadera... Hay que tener una cabeza bien amueblada. Ya en redondo, dos series por el derecho magníficamente rematadas, y otro par de ellas por el izquierdo más complicadas, pero siendo igualmente notables. En las últimas series, no aguantaba ya el novillo más de tres pases, haciendo por coger al novillero al salir del tercero. Se fue Manuel a por la espada en el mejor momento, antes de que la faena comenzara a decaer por complicarse el novillo. Se tiró a matar igual de la misma forma que les conté en Gor, como si le fuera la vida en ello, y dejó otro espadazo que hizo rodar al novillo en menos de lo que tardaba la gente en abrir los paquetes de pañuelos y repartirselos entre ellos. Dos orejones más que merecidos.
Al cuarto de la tarde, un novillo gigantesco y que nos hacía esperar que, de un momento a otro, apareciera un picador en el ruedo, le pudo cortar también las orejas Juan Jesús Rodríguez, quién entró en la terna por la vía de la sustitución al caerse del cartel Manuel Sanz de la Puerta. No se pudo gustar el de La Línea de la Concepción con el capote, aunque sí hay que destacar que le anduvo muy bien al novillo en estos primeros minutos de la lidia. Tras un tercio de banderillas correcto, con un tercer par destacable, comenzó Rodríguez una faena de entrega y de raza, ante un novillo que, si bien fue de menos a más, no regalaba absolutamente nada, teniendo que ponerlo todo de su parte el novillero. Tras dejar unas series notables por el derecho, y un final de faena con un circular invertido, un buen manojo de naturales de uno en uno y un molinete, dejó una estocada perfecta y efectiva, rodando el novillo rápido y cortando las dos orejas del mismo.
Muy distraído de salida estuvo el tercero de la tarde, primero de David Gutiérrez, un novillo que tampoco se dejó hacer nada con el capote, más allá de una media en el quite que correspondía a Juan Jesús Rodríguez, y que dificultó, y mucho, el tercio de banderillas. Ya con la muleta, dejó el de la escuela de Badajoz un buen inicio y unas más que aplaudidas primeras series por el derecho. De ahí en adelante, por desgracia, no hubo mucho que contar, pues el novillero estuvo, en mi opinión, por debajo de un novillo al que, sin ser excesivamente bueno, se le podía haber sacado mucho más. Tras dejar bonitos detalles y algún muletazo suelto con bastante gusto, se fue a por la espada Gutiérrez, y seguramente habría cortado una oreja de haber estado acertado con la espada pero, tras un calvario para cuadrar al toro, y otro para matarlo, dejó poco más que una media estocada algo traserita pero agarrada.
Con el segundo de la tarde, un novillo de hechuras puramente Santa Coloma, también pudo gustarse, y de lo lindo además, Manuel Quintana con el capote, dejando cuatro verónicas genuflexo - cumbre la última de ellas - y dos medias más que celebradas en los tendidos. Tras otro correcto tercio de banderillas, y brindarlo al público, dejó Quintana un inicio de faena poco lucido, aunque inteligente, bajándole la mano al toro todo lo que se podía; tras esto, una primera serie por el derecho y una por el izquierdo no tan buena, y hasta ahí la faena. Cambió radicalmente el comportamiento del toro, que pasó a ser una auténtica alimaña al que no se le podía hacer nada, menos aún en una novillada de este tipo. Tras intentarlo un par de veces más, se fue rápidamente a por la espada, dejando una media estocada honda tras varios intentos - en todos se tiró a matar muy bien, aunque pinchando hueso - y acabando con el descabello. Novillo muy pitado en el arrastre.
Y con el primero, novillo muy similar de comportamiento al que les acabo de relatar, no pudo lucirse demasiado Juan Jesús Rodríguez - con un traje purísima y oro precioso, por cierto, un auténtico tacazo, que se suele decir - al levantarse además bastante viento en el inicio de la tarde. Brindó al público el de La Línea y comenzó una faena que, si bien no fue mala, debido a la mala condición del novillo, no terminó de calar en los tendidos. Un buen inicio, dos buenas series por el derecho y algún natural suelto, pero, por desgracia, el animal no permitía mucho más. Lo arriesgó todo el novillero, que estuvo cerca de ser cogido en dos ocasiones, y quien, aún así, pese a la dificultad del novillo y el viento, quiso acabar la faena por manoletinas - lo que es estar en novillero, vamos -. Pena que la espada no entrara hasta la cuarta o la quinta ocasión, ya que, seguramente, habría tocado pelo de haber matado bien.
Por desgracia, de la faena de David Gutiérrez al sexto, al que desorejó, no puedo hablarles, pues este servidor tuvo que abandonar la plaza al doblar el quinto novillo para recorrer el más que amortizado camino de vuelta.
Sí puedo contarles que el único novillero que salió por la Puerta Grande de la plaza fue Juan Jesús Rodríguez, al abandonar rápidamente Quintana y Gutiérrez la misma, ya que ambos comparten nuevamente cartel hoy en una matinal en Dax.
En definitiva, como les digo, 240 kilómetros más que amortizados.
FICHA DEL FESTEJO.
Plaza de Toros de Castellar, 2ª novillada del Certamen "Ricardo López". ¾ largos de entrada.
Novillos de La Quinta y Martín Carrasco: por lo general, bien presentados aunque excesivamente grandes para ser una novillada sin picadores.
Juan Jesús Rodríguez, de purísima y oro: silencio, dos orejas.
Manuel Quintana, de berenjena y oro: silencio y dos orejas.
David Gutiérrez, de blanco y oro con cabos en negro: silencio y dos orejas.
INCIDENCIAS:
Entró Juan Jesús Rodríguez sustituyendo a Manuel Sanz de la Puerta, quien presentó parte facultativo.
Los novillos de Martín Carrasco entraron para rematar la novillada de La Quinta, al tener un novillo problemas de visión en un ojo y partirse otro el pitón en el encierro.